lunes 14 de abril de 2008
Brian May, rector honorario de la Universidad John Moores , Liverpool
El guitarrista de Queen, nombrado rector (honorario) de una Universidad en Liverpool
14/04/2008 Actualizada a las 13:45h Londres. (EFE).- Tras alcanzar hace años la fama como guitarrista del legendario grupo de rock Queen, Brian May dio hoy un paso más en su nueva vida académica al convertirse en rector de la Liverpool John Moores University (LJMU). May, de 60 años, tomó posesión del cargo en una ceremonia celebrada en el Saint Georgès Hall, el imponente edificio neoclásico que domina el centro de Liverpoool (norte de Inglaterra). "No importa qué edad tengas o en qué etapa de la vida te encuentres: nunca es demasiado tarde para comenzar a aprender", dijo hoy el guitarrista. El músico, que ya recibió el pasado año una beca de investigación honoraria de la LJMU, se declaró "muy orgulloso" de su nueva responsabilidad.
Como rector, presidirá las ceremonias de graduación y representará a la universidad en ocasiones especiales, entre otros cometidos.
May sucede en el puesto a la prestigiosa abogada Cherie Booth, esposa del ex primer ministro británico, Tony Blair, quien asistió al acto.
El rockero acabó el año pasado su tesis doctoral sobre polvo estelar, más de tres décadas después de haber empezado ese trabajo en el Imperial College de Londres -donde estudió Astrofísica- y haberlo dejado a medias para dedicarse a su carrera con Queen.
May también ha publicado recientemente un libro "Bang! La historia completa del universo", escrito en colaboración los autores Chris Lintott y Patrick Moore.
Por su parte, el vicerrector de la LJMU, el profesor Michael Brown, afirmó que el músico representa un "gran ejemplo" a seguir que responde bien al espíritu de la universidad, resumido en el lema "Soñar, planear y lograr".
Brian May -agregó Brown- "nunca perdió de vista su sueño y pasión por la Astronomía y la Ciencia" pese a su "reconocimiento internacional como músico".
4.17.2008
ASTRO ACTUAL.
Palabras de Pierre Simon Laplace:
“La Astronomía, por la dignidad de su objeto y por la perfección de sus teorías es el más bello monumento del espíritu humano, el título más noble de su inteligencia. Seducido por las ilusiones de los sentidos y del amor propio, el hombre se ha considerado durante largos años, como el centro del movimiento de los astros, y su vano orgullo ha sido castigado por los temores que ellos le han inspirado. Al fin, varios siglos de trabajo han hecho caer el velo que cubría a sus ojos el Sistema del Mundo. Entonces, él se ha visto sobre un planeta casi imperceptible en el Sistema Solar, cuyo vasto extendido no es más que un punto invisible en la inmensidad del Espacio. Los resultados sublimes a los cuales este descubrimiento lo ha conducido son bien propios para consolarlo del rango que ellos asignan a La Tierra, mostrándole su propia magnitud en la extrema pequeñez de la base que le ha servido para medir los cielos. Conservemos con cuidado, aumentemos el depósito de estos conocimientos, las delicias de los seres pensantes. Ellos han rendido importantes servicios a la Navegación, y a la Geografía, pero su más grande beneficio es haber disipado los temores producidos por los fenómenos celestes y destruido los errores nacidos de la ignorancia de nuestras verdaderas relaciones con la naturaleza, errores y temores que renacerían prontamente si la antorcha de la Ciencia se extinguiese algún día”.
“La Astronomía, por la dignidad de su objeto y por la perfección de sus teorías es el más bello monumento del espíritu humano, el título más noble de su inteligencia. Seducido por las ilusiones de los sentidos y del amor propio, el hombre se ha considerado durante largos años, como el centro del movimiento de los astros, y su vano orgullo ha sido castigado por los temores que ellos le han inspirado. Al fin, varios siglos de trabajo han hecho caer el velo que cubría a sus ojos el Sistema del Mundo. Entonces, él se ha visto sobre un planeta casi imperceptible en el Sistema Solar, cuyo vasto extendido no es más que un punto invisible en la inmensidad del Espacio. Los resultados sublimes a los cuales este descubrimiento lo ha conducido son bien propios para consolarlo del rango que ellos asignan a La Tierra, mostrándole su propia magnitud en la extrema pequeñez de la base que le ha servido para medir los cielos. Conservemos con cuidado, aumentemos el depósito de estos conocimientos, las delicias de los seres pensantes. Ellos han rendido importantes servicios a la Navegación, y a la Geografía, pero su más grande beneficio es haber disipado los temores producidos por los fenómenos celestes y destruido los errores nacidos de la ignorancia de nuestras verdaderas relaciones con la naturaleza, errores y temores que renacerían prontamente si la antorcha de la Ciencia se extinguiese algún día”.
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